lunes, 10 de noviembre de 2014

Reflexiones de Tinajero



Integración o desintegración
EN EL PROCESO de formación de las nuevas naciones en el Continente suramericano, Bolívar tuvo puesta la vista en formar grandes nacionalidades, dentro de las cuales cada nación pudiera integrarse para el logro de intereses comunes. La formación de la Gran Colombia fue para él una obsesión. El mantenimiento de la unidad grancolombiana fue su última aspiración.

La liberación de Quito siguió ese camino y la Gran Colombia, formada por Venezuela, la Nueva Granada y el Virreinato de Quito, resultó una esperanza para nuestros habitantes y para la humanidad. El proceso no pudo llevarse hasta Perú, porque el pueblo peruano estaba determinado a mantener su individualidad. Y al llegar a Bolivia, tuvo la aspiración de establecer un régimen que hiciera sentir a la "hija predilecta" del Libertador una unidad que los bolivianos no dejaron realizar. La ilusión de la Gran Colombia se desvaneció, porque los dirigentes no entendieron la necesidad de sacrificar sus puntos de vista. Todavía resuenan las palabras de Bolívar el 17 de diciembre cuando dijo: "Si mi muerte contribuye a que se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro". Fue en el siglo XX cuando se formó el Grupo Andino, que resultó un gran experimento. El éxito de la Unión Grancolombiana impulsó a los brasileños a promover el Mercosur. Argentina, Uruguay y Paraguay se reunieron con Brasil para realizar una política inteligente que ha logrado el funcionamiento armónico de países tan disímiles. A medida que fue desarrollándose se considera viable una organización armónica entre el Grupo Andino y Mercosur. Para esto puso su brillante inteligencia a trabajar el presidente Cardoso, buscando el camino para que marcharan unidos la organización bolivariana y los países del Sur. Desgraciadamente, Chávez renunció al Grupo Andino cuando logró que lo aceptaran como miembro del Mercosur. Mercosur, al señor Chávez, le da oportunidad de convertirse en un líder para América Latina, pero en las reuniones habla solamente contra Estados Unidos y, por otra parte, los cuantiosos ingresos que ha significado el alto precio del petróleo, dio ayuda a la realización de obras necesarias en algunos países: ofreció hospitales, carreteras. En general apareció Venezuela como una gran potencia dadivosa que estaba entregando dinero para beneficio de los demás y no para beneficio de su propio país. El discurso de Chávez no presentaba un proyecto de agilización para mejorar la situación de Venezuela. Su orientación social es para los otros, pero no para el nuestro, que sigue pasando situaciones de carencia. Nos hace preguntar: ¿Es efectivamente una integración de América Latina, o se trata de un proceso de desintegración? Y los que tienen posibilidad económica en nuestro país se sienten preocupados por las disposiciones del Presidente. El ingreso a Mercosur se hizo sin estudiar las consecuencias que va a traer para nuestro pueblo. Ojalá que efectivamente haya una integración y no una desintegración. Los líderes del Pacto Andino están haciendo esfuerzos para que Chávez decida integrar nuevamente a nuestro país al grupo. Ojalá volvamos al Pacto Andino y pensemos que así tenemos una verdadera integración.
2 de agosto de 2006 El Universal

Medios de comunicación y libertad. La libertad de expresión, “Habla el presidente”



RC en rueda de prensa


Durante el primer gobierno de Rafael Caldera (1969-1974) su política comunicacional estuvo centrada en la verdadera rueda de prensa semanal llamada “Habla el Presidente”.

“Habla El Presidente” solamente se transmitía los jueves. Jamás ese programa se transmitió en “cadena”, además, se hacía de manera escalonada, es decir, en un canal se transmitía a las 8 de la noche, en otro a las 8 y media, en otro a las 9 PM, y así sucesivamente.

“Habla el Presidente” tenía una duración promedio de media hora. Al principio había una parte expositiva, luego las correspondientes preguntas de 4 periodistas tanto nacionales como internacionales. Al final de esta etapa cualquier otro periodista podía preguntar con toda libertad y sin ningún tipo de coacción, insultos, descalificativos y amenaza por parte del ex presidente Caldera.

Las diferencias que pudo tener con algunos periodistas las manejaron con todo respeto y consideración, a ninguno insulto, maltrató o vejó.

A ninguno le preguntó cosas tales como “cuanto te pagaron para hacer esa pregunta”, o: ¿quién te escribe las preguntas”?, o lo acusó de ser un títere del dueño del medio para el que trabajaba, o de estar al servicio de intereses imperialistas o subalternos.

Al final, Caldera saludaba y departía brevemente con todos los invitados y trabajadores de la prensa que cubrían dicho semanal. Además, entre jueves y jueves no había ruedas de prensa presidenciales. La radio hacía exactamente lo mismo.

“Habla el Presidente” era también escalonado en la radio y sin “cadena”, los trabajadores de la prensa escrita también podían hacer su trabajo con entera libertad, etc.

Salvo excepciones muy extraordinarias y por muy graves motivos el ex presidente Caldera hacía “cadenas”. No se veían las interminables, insufribles, impresentables y repetitivas “cadenas”   como se ven hoy en día, a veces de cinco horas o seis horas, y a veces varias veces al día.

En todo lo humano siempre hay y habrán diferencias, es parte de  nuestra naturaleza humana, pero las diferencias fueron manejadas con todo respeto y consideración por parte de Caldera, tanto para los políticos, como para los periodistas, etc. 

Sacado de la pagina web; rafaelcaldera.com