Rafael Caldera
Justicia social
Cada año, al terminar el mes de febrero, no podemos menos que recordar el 29 de febrero del año (bisiesto) de 1936. Aquel día se dictó el decreto que creó la Oficina Nacional del Trabajo y las primeras inspectorías del Trabajo, lo cual significó el reconocimiento de los deberes de la justicia social por el Estado venezolano que hasta ese entonces los había desconocido totalmente.
Empezó la Oficina Nacional del Trabajo y al poco tiempo, después de intervenir en los numerosos conflictos colectivos que se planteaban en el plano laboral, vio promulgarse la Ley del Trabajo elaborada por la misma Oficina. Y el progreso continuó en una forma indefinida. La ley tuvo su Reglamento, las inspectorías del Trabajo se multiplicaron y la Oficina Nacional del Trabajo se convirtió en Ministerio. Hombres como Eleazar López Contreras, Diógenes Escalante y Luis Gerónimo Pietri, dieron manifestación de su compromiso con la justicia social.
Cuando se habla del problema del hambre y la pobreza en el mundo se olvida que la primera definición contra el hambre es precisamente la legislación del trabajo.
El movimiento en pro de la justicia social fue ininterrumpido a partir de ese 29 de febrero de 1936. Y hay que tomar en cuenta que, en gran parte por el programa de la salud contra la malaria, aumentó en forma acentuada el volumen de la población. El decreto del 29 de febrero de 1936 cubría una población de tres millones y medio. Hoy tenemos veinticinco millones. Al mismo tiempo que la jurídica, se ha hecho una intensa obra material que está demostrando que los gobiernos anteriores no fueron tan incapaces como pretende el señor Chávez.
En educación, las cifras son impresionantes. El analfabetismo, a la muerte de Gómez, llegaba al ochenta por ciento. Hoy se pueden hacer campañas proselitistas y electorales con el programa de alfabetización, pero no se podrá negar que la cantidad de analfabetos a los que hubo que tratar eran una minoría dentro de la población total del país.
La población, por otra parte, se ha transformado aceleradamente. De la mayoría rural de 1936 se pasó a un país con pretensiones de modernidad, mayoritariamente urbano y, a pesar de que se realizaron en unos períodos de gobierno programas intensos de vivienda, todavía el déficit es considerable y requiere de esfuerzos más efectivos y más realistas de los que ha anunciado el señor Presidente. La sola comparación de las cifras entre la vivienda popular construida en los años de democracia y las que se hayan hecho en estos 6 años de gobierno "bolivariano", forma un eventual juicio que solamente la ignorancia y la mala fe pueden negar.
El país empezó un camino nuevo a partir del 29 de febrero de 1936. López Contreras hizo la iniciación. Medina Angarita continuó el ritmo e hizo énfasis en la necesidad de una Reforma Agraria. La Revolución de Octubre de 1945 le dio mayor énfasis al programa social y hay que reconocer que a pesar de los retrocesos de la dictadura de Pérez Jiménez, no dejó de preocuparse por la situación social. Por supuesto, que el movimiento iniciado el 23 de enero de 1958 produjo 40 años de intensa actividad, en la cual, algunos más, otros menos, todos los gobiernos se preocuparon por el aspecto social. La idea de justicia social a partir de 1936 ha estado presente en la vida de Venezuela.
Justicia social
Cada año, al terminar el mes de febrero, no podemos menos que recordar el 29 de febrero del año (bisiesto) de 1936. Aquel día se dictó el decreto que creó la Oficina Nacional del Trabajo y las primeras inspectorías del Trabajo, lo cual significó el reconocimiento de los deberes de la justicia social por el Estado venezolano que hasta ese entonces los había desconocido totalmente.
Empezó la Oficina Nacional del Trabajo y al poco tiempo, después de intervenir en los numerosos conflictos colectivos que se planteaban en el plano laboral, vio promulgarse la Ley del Trabajo elaborada por la misma Oficina. Y el progreso continuó en una forma indefinida. La ley tuvo su Reglamento, las inspectorías del Trabajo se multiplicaron y la Oficina Nacional del Trabajo se convirtió en Ministerio. Hombres como Eleazar López Contreras, Diógenes Escalante y Luis Gerónimo Pietri, dieron manifestación de su compromiso con la justicia social.
Cuando se habla del problema del hambre y la pobreza en el mundo se olvida que la primera definición contra el hambre es precisamente la legislación del trabajo.
El movimiento en pro de la justicia social fue ininterrumpido a partir de ese 29 de febrero de 1936. Y hay que tomar en cuenta que, en gran parte por el programa de la salud contra la malaria, aumentó en forma acentuada el volumen de la población. El decreto del 29 de febrero de 1936 cubría una población de tres millones y medio. Hoy tenemos veinticinco millones. Al mismo tiempo que la jurídica, se ha hecho una intensa obra material que está demostrando que los gobiernos anteriores no fueron tan incapaces como pretende el señor Chávez.
En educación, las cifras son impresionantes. El analfabetismo, a la muerte de Gómez, llegaba al ochenta por ciento. Hoy se pueden hacer campañas proselitistas y electorales con el programa de alfabetización, pero no se podrá negar que la cantidad de analfabetos a los que hubo que tratar eran una minoría dentro de la población total del país.
La población, por otra parte, se ha transformado aceleradamente. De la mayoría rural de 1936 se pasó a un país con pretensiones de modernidad, mayoritariamente urbano y, a pesar de que se realizaron en unos períodos de gobierno programas intensos de vivienda, todavía el déficit es considerable y requiere de esfuerzos más efectivos y más realistas de los que ha anunciado el señor Presidente. La sola comparación de las cifras entre la vivienda popular construida en los años de democracia y las que se hayan hecho en estos 6 años de gobierno "bolivariano", forma un eventual juicio que solamente la ignorancia y la mala fe pueden negar.
El país empezó un camino nuevo a partir del 29 de febrero de 1936. López Contreras hizo la iniciación. Medina Angarita continuó el ritmo e hizo énfasis en la necesidad de una Reforma Agraria. La Revolución de Octubre de 1945 le dio mayor énfasis al programa social y hay que reconocer que a pesar de los retrocesos de la dictadura de Pérez Jiménez, no dejó de preocuparse por la situación social. Por supuesto, que el movimiento iniciado el 23 de enero de 1958 produjo 40 años de intensa actividad, en la cual, algunos más, otros menos, todos los gobiernos se preocuparon por el aspecto social. La idea de justicia social a partir de 1936 ha estado presente en la vida de Venezuela.
2 de marzo 2005
Estos articulos se publicaban en El Universal y aparecian en algunos diarios regionales.