lunes, 21 de octubre de 2024

Reflexiones de Tinajero (Rafael Caldera)

  

La apertura de China

Columna de Rafael Caldera «Panorama venezolano», escrita para ALA y publicada en diversos diarios, entre ellos El Universal, del cual extraemos su texto, del 21 de abril de 1993.

 

El proceso de apertura que se está realizando en la República Popular China es un fenómeno interesante, y dada la magnitud del país se empieza a señalar que tendrá indiscutibles efectos sobre la humanidad. Agudos comentarios no pueden menos que reconocer que la expresión de Bonaparte según la cual «cuando China despierte el mundo temblará», pero eso mismo anima a los dirigentes chinos a comunicarse con los otros pueblos para tranquilizarlos, para insistir en que sus propósitos son pacíficos y sus ideales están dirigidos hacia la paz universal. En cuanto al Asia, es significativa la reciente visita a China del emperador del Japón y también al establecimiento de relaciones con Corea del Sur. Hechos que superan diferencias importantes. De América Latina llegan frecuentemente invitados a los cuales se nos ofrece la más amplia y gentil hospitalidad (que yo por mi parte debo agradecer) y se nos muestra en forma abierta la situación y perspectivas actuales.

Todo lo que ocurre en China tiene el sello de la singularidad. El proceso actual se dirige a lo económico. Se habla de una «economía de mercado socialista». La definición de este concepto no es fácil. Al pedirla, el hecho en que se insiste para responder es que la apertura del mercado no excluye la propiedad del Estado. Siguen manteniendo la propiedad pública. Lo que no obsta para que las inversiones extranjeras aumenten a cada paso y para que se ensayen diversas fórmulas, entre ellas la de empresas mixtas (llamadas chinese joint ventures) o la de una especie de concesiones en la que el Estado se reserva la propiedad, pero concede al inversionista el usufructo o un derecho parecido a éste. Ello demuestra que lo que el inversionista busca fundamentalmente es seguridad: en China se ofrece un régimen político fundado en una rigurosa autoridad del partido: en Venezuela podemos y debemos ofrecerla como resultado de una rectificación de errores políticos y un robusto entendimiento nacional.

Rusia y los demás países europeos del lado allá de la Cortina de Hierro hicieron primero la revolución política para adentrarse luego en la reforma económica. Ésta, por cierto, no ha sido fácil, porque no lo es la transición de un régimen totalitario a una economía de mercado. Los chinos, al revés, están haciendo la reforma económica, aferrados a los principios de su régimen político. Hablan de reforma del Estado, pero sobre todo en el aspecto administrativo. Esta supone, entre otras cosas, la reducción de la burocracia para hacerla más eficiente. Han anunciado la eliminación de un 25% (alrededor de dos millones de funcionarios) para los cuales habrá que estimular la creación de nuevas fuentes de trabajo. La reforma implica el cambio de sistema de remuneración. Con la devaluación del yuan, los sueldos de los funcionarios públicos se han hecho muy bajos, en contradicción con los altos salarios devengados por los ejecutivos de las empresas constituidas por las inversiones foráneas. Se insiste en la eliminación del «igualitarismo»; quieren implantar un sistema que estimule el rendimiento.

Lo más resaltante de la actualidad es el entusiasmo con que cada uno comenta el progreso de la economía. En las visitas realizadas a empresas (siderúrgicas y petroquímicas, especialmente) el énfasis se pone en los beneficios obtenidos por una administración eficaz. Pero lo más impresionante es la experiencia de las comunidades campesinas, que han creado industrias, preferentemente para la exportación. El cultivo de la tierra apenas produce para vivir –y hay que reconocer como milagroso el resultado de una armonía fecunda entre una tierra fértil y un campesino extremadamente laborioso– porque la extensión otorgada a cada familia es mínima. Un mu es la quinceava parte de una hectárea, es decir, unos 666 metros cuadrados; pues bien, en la zona de Shangai los campesinos tienen más o menos cinco mus por familia, o sea, algo más de 3.300 metros cuadrados; en el Tibet, por su mayor extensión y menor población, pueden tener hasta 10 mus por familia, unos 6.600 metros cuadrados. El experimento de las granjas colectivas, a la manera de los koljoses soviéticos, fue abandonado y se volvió al sistema de labranzas en pequeñas parcelas (salvo las zonas pecuarias): la propiedad de la tierra sigue siendo colectiva, pero cada parcela se otorga a cada familia para trabajarla por tiempo indefinido. Pues bien, las comunidades campesinas han creado fábricas (la que visitamos en Xujin, cerca de Shangai, tiene una de juguetes y otra de cosméticos (sic) que exportan a Estados Unidos, Canadá y otros países) y tienen en proyectos otras más. Los campesinos son accionistas y algunos de ellos trabajan como obreros en esas fábricas. Esto me recordó lo que me informaron en Taiwán, que la industrialización formidable de ese país comenzó por la Reforma Agraria.

La apertura de China es muy amplia, los taiwaneses y los hongkonianos están entre los mayores inversionistas foráneos. Un millón de taiwaneses viaja cada año al continente: para visitas familiares, para gestiones de negocios, o simplemente para ver como turistas la Madre Patria.

En este mismo mes se realizan en Shangai las olimpíadas del este asiático. Concurrirán varios miles de atletas y esperan unos mil comunicadores sociales. Está confirmada la asistencia de delegaciones deportivas de Taiwán, de Hongkong, de Macao; también concurrirán sendas delegaciones de Corea del Norte y de Corea del Sur. Cuando estuvimos en Shangai se daba por segura la asistencia del señor Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional. China aspira a ser la sede de las olimpíadas mundiales del año 2000. Hay una intensa propaganda y preparativos para demostrar ser aptos para esta elección. Y en verdad, sin negar los títulos de otros aspirantes, sería un acontecimiento de trascendencia universal el que se los complaciera en este deseo.

La reforma económica, necesariamente, supone muchas contradicciones y exige superar muchas dificultades, la fábrica de automóviles Volkswagen que visitamos es, por ejemplo, una empresa mixta, donde aparece como figura principal el representante del partido, que es a la vez secretario general del sindicato. La empresa produce beneficios porque el Estado fija el precio de venta de las unidades producidas, agregando simplemente un 10% de utilidad al costo de producción total. La producción está colocada integralmente, porque no alcanza para satisfacer la demanda. Pero se asigna 10 o 20% para la exportación, con la circunstancia de que un vehículo exportado se vende por 8.000 dólares y uno vendido en China alcanza, al cambio oficial, a unos 15.000 dólares. Estos problemas tendrán que resolverse, lo que no será fácil.

Un alto funcionario me dijo que se estima en unos 20 o 30 años el tiempo necesario para alcanzar el funcionamiento armónico de la economía total. Pero, entre tanto, es admirable el optimismo con que todos hablan de los resultados obtenidos, y sobre todo de los proyectos en marcha.

¿Y lo político? El marxismo, a cuya filosofía se mantienen adictos, establece que la estructura económica es la que determina y condiciona la superestructura política. ¿Qué responden ellos? Que China es diferente. Y en verdad lo es; pero no parece posible que los cambios audaces realizados en la economía no tengan repercusiones políticas. El tiempo, no lejano, lo dirá.

jueves, 5 de enero de 2017

De Puntofijo a Tinajero

10 mayo 2006

 e info

Reflexiones de Tinajero



Rafael Caldera // Reflexiones de Tinajero






Venezuela y la CAN

En la sucesión de ideas que se le ocurren al Presidente con el solo
fin de fortalecer su poder personal y de hacerse líder mundial, estuvo
la decisión de retirarse de la Comunidad Andina y de anunciar que la
misma está herida de muerte.

Venezuela es un país andino y la unión con los otros países de los
Andes no es casual ni capricho de los gobernantes, sino imposición de
la naturaleza. Bolívar tuvo la idea de que un grupo andino apareciera
desde sus primeras acciones en Guayana, en las cuales se obtuvo la
victoriosa campaña de liberación de Bogotá. Surgió la Gran Colombia
como una necesidad y, el error que se ha achacado a los que no
compartieron las ideas del Libertador, fue el de disolver la unión. Y
en cuanto a Ecuador, su carta a Juan José Flores un poco antes de
morir, demuestra la voluntad que Bolívar tenía de sumar el antiguo
Reino de Quito a la organización de una unidad política poderosa.
Pasaron muchos años para tratar de reconstruir esa unidad. Pero el
Grupo Andino resultó una organización técnicamente concebida y
eficientemente manejada. Especialmente, el intercambio comercial entre
Venezuela y Colombia llegó a límites no esperados. El aumento del
comercio presentó un beneficio, principalmente para nuestro país.
Anunciar esta separación de Venezuela del Grupo Andino es desconocer
su importancia para nosotros. Es una entidad capaz de impulsar a los
países latinoamericanos hacia la unidad, como estuvo en el pensamiento
de Bolívar.

El éxito de la unión andina fue la experiencia que impulsó a la
creación de Mercosur, que buscaba coordinar las actividades de Brasil
y Argentina y establecer elementos que le dieran garantía de
supervivencia a los dos pequeños del área: Uruguay y Paraguay.

El camino estaba abierto. La relación con otros países debía llevar
a un entendimiento cada vez más sólido entre el grupo andino y
Mercosur. Y nuestro entendimiento con el presidente del Brasil y el
interés común es de gran importancia, porque en la relación entre
Venezuela y Brasil se vio claro un camino de crecimiento y
fortalecimiento. Un acuerdo más fuerte y sólido entre el Grupo Andino
y Mercosur era la orientación correcta para la unidad regional. Tomar
cada país por su cuenta el camino que le parezca es un error que nos
duele y que estamos seguros que no prevalecerá.

Ya han surgido las dificultades por la ruptura de la unión entre
Venezuela y Colombia lograda a través del grupo andino. El presidente
de Colombia lo ha entendido bien y por eso, si se le achaca la
responsabilidad de la separación de Venezuela por ultimar un tratado
con Estados Unidos, están patentes otros casos de éxito (por ejemplo,
la experiencia de Brasil con Mercosur).

El actual Gobierno de Venezuela se llama bolivariano y es seguido por
la figura del Libertador como bandera, pero toma medidas que nada
tienen que ver con el pensamiento bolivariano. La separación del Grupo
Andino es antibolivariana. Menos mal que está previsto en los
estatutos de la Comunidad un lapso de cinco años para que subsistan
los compromisos. Esperamos que estos cinco años sirvan para una
meditación profunda, y que los propósitos integracionistas que tanto
proclama el presidente Chávez se orienten debidamente, tomando como
base lo que está pactado por la naturaleza.

De Puntofijo a Tinajero


|
compartir
|
Rafael Caldera // Reflexiones de Tinajero
  DIARIO
miércoles 15 de febrero de 2006  12:00 AM
Observación internacional

La lucha por la democracia es un esfuerzo de todos los países. Para asegurar que las elecciones dejen plena libertad a los votantes de escoger el candidato de sus preferencias y le den la seguridad de que su voto no será alterado, se ha introducido la costumbre de invitar para los procesos a observadores internacionales, que vienen en situaciones respetables por sus antecedentes y por sus características. 

El sistema electoral venezolano ha funcionado invitando a observadores, pero pareciera que todo lo que se busca con estos observadores es que le den confianza a los resultados, pero los organizadores del proceso no se creen obligados a cumplir las reglas que garanticen la transparencia y la rectitud del proceso electoral. Los señores del CNE y del Gobierno han considerado que los observadores se deben limitar a decir que se hizo la convocatoria, que se contaron los votos y tuvieron el resultado que se anuncia. Pero esto no es suficiente; esos observadores están obligados por su propia responsabilidad a señalar los aspectos que sean más importantes en el proceso. Por esto, los observadores enviados por la Organización de Estados Americanos a Venezuela se sintieron obligados a hacer constar el elevadísimo nivel de abstención que hubo en las elecciones, como es necesario reconocer la verdad, si esta abstención electoral fue voluntaria, y estuvo fundada en la falta de confianza de los electores por el proceso electoral. El Gobierno, sin embargo, consideró una ofensa el haber planteado en una reunión del Consejo de la Organización para los Estados Americanos, el hecho de la abstención como consecuencia de la falta de confianza de los electores en esas autoridades actuales. Plantearon otras observaciones más de verdadera importancia, pero esta fue la fundamental. Y el Gobierno consideró una ofensa y una maniobra malintencionada el hecho de haber planteado en el Consejo de la Organización el informe de la abstención. Los observadores con su informe, lo que estaban eran cumpliendo con su obligación. Si se invita a un observador es con el objeto de que después justifique todos los aspectos del proceso. Los observadores enviados por la OEA justificaron el proceso, pero no pudieron menos que señalar el hecho tan relevante de la abstención, en la cual la inmensa mayoría de los venezolanos se negó a votar, a pesar de la presión y las maniobras del Gobierno para tratar de aumentar la concurrencia. ¿Qué pasará con las elecciones presidenciales de diciembre? Es posible que no se invite a los observadores, porque los consideren un instrumento peligroso. La cuestión está planteada, pero está planteada sobre todo como una cuestión fundamental. Se va a dirimir la controversia sobre el papel de los observadores electorales. ¿Van a ser unos mirones que pongan su firma en lo que los que los han invitado les señalen? ¿O se va a traer observadores con autoridad moral y jurídica para hacer las observaciones que consideren indispensables? Lo cierto del caso es que la reunión del Consejo de la OEA pone muy en duda la validez del proceso del cual salió la actual Asamblea Nacional. El que lea el Informe de la OEA llegará a la conclusión de que la legitimidad de la Asamblea electa no existe y que tienen razón los ciudadanos que se negaron a concurrir a emitir votos espurios, ilegítimos.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Reflexiones de Tinajero



Integración o desintegración
EN EL PROCESO de formación de las nuevas naciones en el Continente suramericano, Bolívar tuvo puesta la vista en formar grandes nacionalidades, dentro de las cuales cada nación pudiera integrarse para el logro de intereses comunes. La formación de la Gran Colombia fue para él una obsesión. El mantenimiento de la unidad grancolombiana fue su última aspiración.

La liberación de Quito siguió ese camino y la Gran Colombia, formada por Venezuela, la Nueva Granada y el Virreinato de Quito, resultó una esperanza para nuestros habitantes y para la humanidad. El proceso no pudo llevarse hasta Perú, porque el pueblo peruano estaba determinado a mantener su individualidad. Y al llegar a Bolivia, tuvo la aspiración de establecer un régimen que hiciera sentir a la "hija predilecta" del Libertador una unidad que los bolivianos no dejaron realizar. La ilusión de la Gran Colombia se desvaneció, porque los dirigentes no entendieron la necesidad de sacrificar sus puntos de vista. Todavía resuenan las palabras de Bolívar el 17 de diciembre cuando dijo: "Si mi muerte contribuye a que se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro". Fue en el siglo XX cuando se formó el Grupo Andino, que resultó un gran experimento. El éxito de la Unión Grancolombiana impulsó a los brasileños a promover el Mercosur. Argentina, Uruguay y Paraguay se reunieron con Brasil para realizar una política inteligente que ha logrado el funcionamiento armónico de países tan disímiles. A medida que fue desarrollándose se considera viable una organización armónica entre el Grupo Andino y Mercosur. Para esto puso su brillante inteligencia a trabajar el presidente Cardoso, buscando el camino para que marcharan unidos la organización bolivariana y los países del Sur. Desgraciadamente, Chávez renunció al Grupo Andino cuando logró que lo aceptaran como miembro del Mercosur. Mercosur, al señor Chávez, le da oportunidad de convertirse en un líder para América Latina, pero en las reuniones habla solamente contra Estados Unidos y, por otra parte, los cuantiosos ingresos que ha significado el alto precio del petróleo, dio ayuda a la realización de obras necesarias en algunos países: ofreció hospitales, carreteras. En general apareció Venezuela como una gran potencia dadivosa que estaba entregando dinero para beneficio de los demás y no para beneficio de su propio país. El discurso de Chávez no presentaba un proyecto de agilización para mejorar la situación de Venezuela. Su orientación social es para los otros, pero no para el nuestro, que sigue pasando situaciones de carencia. Nos hace preguntar: ¿Es efectivamente una integración de América Latina, o se trata de un proceso de desintegración? Y los que tienen posibilidad económica en nuestro país se sienten preocupados por las disposiciones del Presidente. El ingreso a Mercosur se hizo sin estudiar las consecuencias que va a traer para nuestro pueblo. Ojalá que efectivamente haya una integración y no una desintegración. Los líderes del Pacto Andino están haciendo esfuerzos para que Chávez decida integrar nuevamente a nuestro país al grupo. Ojalá volvamos al Pacto Andino y pensemos que así tenemos una verdadera integración.
2 de agosto de 2006 El Universal

Medios de comunicación y libertad. La libertad de expresión, “Habla el presidente”



RC en rueda de prensa


Durante el primer gobierno de Rafael Caldera (1969-1974) su política comunicacional estuvo centrada en la verdadera rueda de prensa semanal llamada “Habla el Presidente”.

“Habla El Presidente” solamente se transmitía los jueves. Jamás ese programa se transmitió en “cadena”, además, se hacía de manera escalonada, es decir, en un canal se transmitía a las 8 de la noche, en otro a las 8 y media, en otro a las 9 PM, y así sucesivamente.

“Habla el Presidente” tenía una duración promedio de media hora. Al principio había una parte expositiva, luego las correspondientes preguntas de 4 periodistas tanto nacionales como internacionales. Al final de esta etapa cualquier otro periodista podía preguntar con toda libertad y sin ningún tipo de coacción, insultos, descalificativos y amenaza por parte del ex presidente Caldera.

Las diferencias que pudo tener con algunos periodistas las manejaron con todo respeto y consideración, a ninguno insulto, maltrató o vejó.

A ninguno le preguntó cosas tales como “cuanto te pagaron para hacer esa pregunta”, o: ¿quién te escribe las preguntas”?, o lo acusó de ser un títere del dueño del medio para el que trabajaba, o de estar al servicio de intereses imperialistas o subalternos.

Al final, Caldera saludaba y departía brevemente con todos los invitados y trabajadores de la prensa que cubrían dicho semanal. Además, entre jueves y jueves no había ruedas de prensa presidenciales. La radio hacía exactamente lo mismo.

“Habla el Presidente” era también escalonado en la radio y sin “cadena”, los trabajadores de la prensa escrita también podían hacer su trabajo con entera libertad, etc.

Salvo excepciones muy extraordinarias y por muy graves motivos el ex presidente Caldera hacía “cadenas”. No se veían las interminables, insufribles, impresentables y repetitivas “cadenas”   como se ven hoy en día, a veces de cinco horas o seis horas, y a veces varias veces al día.

En todo lo humano siempre hay y habrán diferencias, es parte de  nuestra naturaleza humana, pero las diferencias fueron manejadas con todo respeto y consideración por parte de Caldera, tanto para los políticos, como para los periodistas, etc. 

Sacado de la pagina web; rafaelcaldera.com




martes, 2 de septiembre de 2014

Reflexiones de Tinajero



Pensamiento bolivariano

Al adoptar el nombre de bolivariana la República de Venezuela contrajo una obligación muy grave que no ha cumplido todavía: es el estudio, profundo y sincero, del pensamiento del Padre de la Patria. No se está pensando en el pensamiento bolivariano sino en aquellos aspectos que favorecen ciertos intereses. El nombre de bolivariano se utiliza y se aprovecha para defender los intereses del actual gobierno.

Bolívar fue un hombre profundamente preocupado por los problemas de la política y por lograr el éxito del compromiso que tuvo como guerrero y como estadista. Graves problemas enfrentó.

Por ejemplo, el problema federalista fue para él crucial. En el Manifiesto de Cartagena se señala el federalismo como una de las causas de la pérdida de la Primera República. Después de probar su acción, el concepto federal tomó la mayor importancia. Tuvo que buscar la manera de armonizar el principio federal con la autoridad presente en cada porción de la inmensa nación libertada por su genio.

Bolívar fue un apasionado del régimen bicameral en la organización del gobierno. Siempre insistió en la necesidad de un Senado y la dificultad que tuvo era la base que se le iba a dar a ese Senado. Era difícil solucionar esa necesidad ante los legisladores de Angostura. Pero lo cierto es que en todas sus concepciones del Estado apareció el Senado como un elemento moderador de las funciones fundamentales. Un elemento de estabilidad, y al mismo tiempo un factor moderador presente en las actividades del Estado.

También pensó Bolívar en la alternabilidad en el gobierno. El Ejecutivo para él estaba sujeto a una limitación de cierto número de años. Dijo con mucha claridad que prolongar a una persona en el gobierno era engendrar una tiranía. Exigía la limitación de los poderes del Ejecutivo. Sólo frente a las circunstancias, fue necesaria la permanencia del Libertador en el gobierno.

En Venezuela y en el mundo urge el estudio de la actividad del Libertador y de su pensamiento. En la literatura actual es ejemplar el caso de Luis Castro Leiva, muy preocupado por el análisis del pensamiento de Bolívar y quien dedicó a esto páginas de mucha importancia que es necesario revisar.

Por cierto, el hecho de denominar a nuestro Estado República Bolivariana nos compromete para el futuro; pero sobre todo a las nuevas generaciones las obliga a hacer un análisis profundo y sincero del pensamiento de Bolívar en todos los aspectos de la organización del Estado. Nos preocupa que no se esté realizando, porque lo que se pretende en último caso es desviar el pensamiento de Bolívar hacia los intereses de un gobierno que se llama a sí mismo bolivariano. Hay un material muy valioso para las nuevas generaciones.

Esperamos que se aborde con decisión, con voluntad y con coraje, pues con ese estudio se le haría un gran servicio al país y al futuro de Venezuela y de los países latinoamericanos.
Mayo 24 ¿? Diario El Universal